En perros y gatos con alteraciones intestinales crónicas y/o recurrentes en las que se produzca inflamación continua y/o lesión en el epitelio intestinal causadas por: Reacciones inmunomediadas e IBD, Diarreas que no responden a antibióticos y tratamientos prolongados con antibióticos, Infecciones, Disfunciones crónicas de órganos asociados al tracto gastrointestinal (insuficiencia hepática, insuficiencia pancreática exocrina), Insuficiencia renal crónica, Alergias, hipersensibilidades alimentarias, Toxinas y fármacos, Hipoxia e isquemia, Transtornos de la permeabilidad intestinal: PLE (Enteropatía con pérdida de proteínas), entre otras